LA GUERRA DE LOS MIL DIAS

Desde su fundación, la República de la Nueva Granada, llamada después Confederación Granadina, Estados Unidos de Colombia y finalmente República de Colombia, vivió un largo periodo de inestabilidad política, cuyo evento más sangriento durante el decimonónico, fue la llamada “Guerra de los Mil Días” y cuyo epicentro fue el departamento de Santander; su inicio se enmarca en el año de 1899, y menguó un poco más allá del mes de Octubre de 1902.

La causa de esta guerra civil es multifactorial, ya que intervienen variables de índole económica-ideológica, las cuales afectaron traumáticamente a la sociedad neogranadina (Colombia).

La ingobernabilidad de la República, puso de manifiesto una tremenda incapacidad de sus gobernantes; al igual que evidencia que no ha existido un “proyecto nacional” estructurado y orientado a darle cohesión a todo el territorio comprendido entre sus fronteras; prueba de ello es el triste papel del presidente Manuel Antonio San Clemente.

Este evento se internacionalizó en la medida en que Venezuela y el Ecuador se metieron a participar en el conflicto interno de Colombia (antigua República de la Nueva Granada).

Cuando nos referimos a la guerra desencadenada en el Istmo de Panamá a inicios de 1900, con el desembarco en Punta Burica de un grupo de hombres procedentes de Nicaragua, al mando del Dr. Belisario Porras, cabe advertir que este movimiento apoyado por el presidente José Santos Zelaya de Nicaragua e identificado con el liberalismo a nivel hispanoamericano, tiene otra connotación.

El Dr. Belisario Porras, tenía planes muy personales, prueba de ello es que, poco después de su desembarco se autoproclamó Jefe Civil y Militar del Istmo, sin tomar en cuenta la opinión del Directorio Nacional del Liberalismo Panameño-Colombiano. El 4 de Abril, los rebeldes habían logrado posesionarse de la ciudad de David, y desde allí organizar la toma de toda la ciudad de Aguadulce, su próximo objetivo, lo cual involucraba posesionarse de algunos puntos clave, como Veraguas y Las Tablas. En este contexto, se advierte que la economía del Istmo no era magra, por el contrario, se manifestaba saludable; los datos estadísticos así lo confirman, basta señalar el próspero comercio de Coclé.

Porras no descartó la ayuda del Ecuador para abastecer de armas las cuales serían embarcadas en el “Momotombo”, su principal embarque, dadas las dificultades de traslado.

A raíz de la guerra desencadenada en la República de Colombia (antigua República de la Nueva Granda), el gobierno central tomó algunas providencias, entre las cuales, cabe señalar el incremento del impuesto sobre la sal, un producto que jugó un papel clave en la guerra contra los alzados liberales, pues garantizaba, básica y fundamentalmente la preservación de la carne, que servía de alimento básico para los soldados que defendían la causa del gobierno central.

En el Istmo de Panamá, la sal jugaba un papel fundamental en la economía de la población indígena de Coclé; pues era su único y fundamental producto explotado por ellos exclusivamente y del cual dependía a su subsistencia.

En aquella época había dos alcaldías de indígenas, una hacia el norte y otra en la zona sur de Coclé; la del norte estaba en manos de Benancio Agrajéz y la del sur en manos de Victoriano Lorenzo.

Cuando el gobierno local (el gobernador del Istmo), dispuso establecer un monopolio sobre la sal, y además obligar a los indígenas pagar un diezmo sobre la sal a la iglesia de Panamá, Victoriano se opone a dichas decisiones y se levanta en armas contra el gobierno del Istmo y logra el apoyo de Benancio Agrajéz.

Estando en esta situación, se encuentra con el Dr. Belisario Porras, quien le pide su colaboración para movilizar un cargamento de armas hacia la región atlántica, lo cual Victoriano se mostró solicito.

Debe dejarse bien claro, que Victoriano Lorenzo no participaba en la aventura de Porras por razones ideológicas o partidista, más bien quedó atrapado en una guerra que no era suya; prueba de ello es que la trama termina con su fusilamiento, sin que el Partido Liberal ni el Conservador, mucho menos la facción de Belisario Porras intentaran librarlo de ese funesto destino.

El movimiento porrista tenía como objetivo la toma de la ciudad de Panamá y en consecuencia, era inevitable tomarse Colón, con la finalidad de tener el control sobre el arribo de fuerzas ajenas al proyecto de Porras, sobre la presencia de liberales colombianos con respecto a la ciudad de Panamá.

Tanto Porras como los liberales colombianos, no midieron bien el alcance del artículo XXXV del tratado Mallarino-Bidlack, del 12 de diciembre de 1846, que impediría cualquier escaramuza en el corredor que se extiende desde Colón. Esto explica porque la batalla del Puente de Calidonia sella el final de esta guerra civil y la acción estadounidense, al solicitar la presencia del gobierno central y de los líderes del liberalismo colombiano al acorazado Wisconsin, donde se firma la paz para el Istmo y en consecuencia, el término de cualquier acto beligerante en el Istmo; ante todo la intervención se daría con la finalidad de proteger el libre tránsito.

Pero antes esto, Belisario Porras no desistía de la toma de la ciudad de Panamá. Por su parte, Benjamín Herrera, genuino representante del Directorio liberal colombiano, expresa la necesidad de invadir el Istmo de Panamá. Arribó a Tonosí el 24 de diciembre de 1901. En esta fase de la guerra, Porras fue hecho prisionero y enviado a Santiago de Veraguas y desde allí logró escaparse rumbo a Costa Rica.

Benjamín Herrera logra triunfos esporádicos en algunos puntos de la geografía istmeña. Ante el avance de la revolución liberal, los Estados Unidos se acogen al artículo XXXV del Mallarino-Bidlack para justificar su intervención en las ciudades terminales, en caso de que la guerra llegara a esos linderos.

Efectivamente, Benjamín Herrera sólo pudo llegar a La Chorrera, de donde no pudo avanzar, ya que se había realizado la intervención estadounidense en la línea del ferrocarril; además, el acorazado Wisconsin se había hecho presente en las aguas de la bahía de Panamá.

De esta manera, la facción liberal y la conservadora se ponen de acuerdo, y el 21 de noviembre de 1902 finiquitan la guerra civil y en consecuencia, la paz vuelve a reinar en el istmo.

Indudablemente, a manera de moraleja, esta guerra estuvo monitoreada por los cónsules residentes en Colón y que a la postre, conocía el movimiento de los bandos en conflicto, de manera que para el Despacho del Estado Norteamericano, estos se convierten en sus mejores informantes.

La guerra entró en una especie de “empate”, ya que los liberales eran triunfadores en el istmo, pero no en el resto del territorio colombiano. Los intereses norteamericanos los llevan a intervenir, para terminar el conflicto.

En este periodo, surge la figura del guerrillero liberal general Victoriano Lorenzo (conocido como el “Cholo” Victoriano), que es símbolo del explotado, contra el explotador. Fue el jefe de las Guerrillas de los “Cholos” de Coclé, donde adquirió fama como soldado. Al sobrevenir la paz, las intrigas de conservadores, como de los liberales lo llevaron a prisión. Es juzgado y fusilado en el cuartel Chiriquí. En nuestros días, es la figura que se le considera como el representante de los marginados, que vio una esperanza de redención para su gente; no podemos olvidar que los motivos que produjeron el conflicto eran de tipo económico, político y social, y que la Guerra de los Mil Días fue indirectamente la antesala de la separación de Colombia.

El conflicto arrasó con la economía del istmo, produciendo miles de muertos y destrucción por todos lados, afianzando el nacionalismo y las ansias de autonomía. Tuvo como resultado la victoria del gobierno y la posterior separación de Panamá en 1903. Por tanto, la Guerra de los Mil Días termina con el tratado de Wisconsin que pone fin a la guerra el 21 de noviembre de 1902, a bordo del acorazado entre los generales Víctor Salazar, y Alfredo Vásquez Cobo por los conservadores y el general Lucas Caballero y el Dr. Eusebio A. Morales por los liberales.

Bibliografía:
Instituto Geográfico Nacional Tommy Guardia (Panamá)
Atlas nacional de la República de Panamá 2016 / Instituto Geográfico Nacional Tommy Guardia.-- Quinta edición, revisada, actualizada y aumentada.

Panamá : Instituto Geográfico Nacional Tommy Guardia, 2016.