Combos nacionales, patrimonio musical de Panamá

En las últimas décadas del siglo XX, Armando Salvatierra, Carlos Harbar, César Toala, Eduardo Ruiz, Gilberto Recuero, Hermógenes Pino, Ismael Cárdenas, Lloyd Gallimore, Rogelio Palmer y Víctor Johnson eran unos jóvenes talentosos y soñadores. Hoy son instituciones de la música y el testimonio vivo de una época dorada.

Los diez personajes, junto a Jorge Luis Escobar, gerente de Tamayo Records, se reunieron el 25 de enero en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R. para recordar el surgimiento y la destacada era de los combos nacionales. La excusa para esta cita fue la proyección del documental Combos Nacionales, realizado por SERTV y Tamayo Records.

Se trata de un filme de 45 minutos en el que los músicos narran en qué consisten los ritmos que tocan, en qué tipo de escenarios surgieron y cómo ganaron esa fuerza a nivel nacional, llegando a oídos de mercados internacionales.

Cuando se describe el nacimiento de un movimiento, es inevitable hablar de las realidades sociales de la época. En el documental se recuerda a Colón como dueña de una ciudad hermosa y con la gente “mejor vestida de Panamá”, como lo expresa Clarens Martin Jr. en su entrevista. Cada artista que interviene aporta al tejido del nacimiento del movimiento. Unos hablan de sus musas, de sus desafíos y glorias; y también reflexionaron sobre el descenso.

Luego de finalizada la proyección, Mario García Hudson, coordinador del Centro Audiovisual de la Biblioteca Nacional, extendió el disfrute musical con su tocadiscos. A manera de reconocimiento, fue llamando a cada artista presente para hacerle entrega de un certificado por su trayectoria a favor del desarrollo de la música panameña. Por cada nombre mencionado, dejaba caer la aguja para hacer sonar uno de sus temas.

El público de este cineforo era de edades variadas, pero con mucha presencia de quienes disfrutaron de las fiestas amenizadas por estos artistas. Mientras unos cantaban los éxitos de su juventud, otros observaban con asombro el funcionamiento del tocadiscos. Por momentos, se creaba una pequeña pista de baile, donde se podía sentir la fuerza que siguen teniendo esos ritmos hoy.

El evento acabó con la promesa de seguir haciendo este tipo de encuentros, en los que artistas y público se convierten en activos guardianes de la memoria musical del país.