José Luis Espina presentó en la Biblioteca Nacional su libro Namibia

La Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R. fue el escenario de la presentación del libro Namibia, cuaderno de apuntes ilustrados, del escritor español José Luis Espina. Acompañado por los académicos Rogelio Rodríguez Coronel e Irina Ardila, de la Academia Panameña de la Lengua, el autor ofreció un recorrido por su obra y el género de los apuntes de viaje, combinando anécdotas, reflexiones y material audiovisual.

Durante la tertulia, Espina compartió videos de los bailes tradicionales de las tribus que conoció en su travesía y relató, entre risas, la historia de su llegada a Namibia, cuando intentó adquirir una línea telefónica con servicio de internet solo para descubrir que no había señal. Afortunadamente, él y su equipo habían descargado mapas en sus dispositivos móviles para orientarse, aunque, como mencionó, “si nos hubiese pasado algo, no hubiéramos podido comunicarnos”.

El libro, más que un simple relato de viaje, es una invitación a la imaginación del lector. Espina reflexiona sobre la forma en que construimos nuestra visión del mundo y cómo esta puede quedarse anclada en patrones simplificados. En sus páginas escribe: “Ese reduccionismo ayudaba a hacer de lo ignoto un lugar cercano en aquellos años de infancia. El riesgo era eternizarlo en el tiempo, que la comprensión de los otros siguiese ese patrón infantil, que por la comodidad de evitar contradicciones y acomodar el mundo a nuestro ideario las cosas que nos rodean siguieran siendo una ficción inalterable”.

Uno de los fragmentos más llamativos de la obra se encuentra en el segundo capítulo, donde Espina describe los aeropuertos desde una perspectiva inusual: “No hay gente fea ni pobre en los aeropuertos. Hay gente extravagante, exótica, gente con prisa, que habla idiomas, uno por lo menos, gente con gorras de béisbol o con sombreros de paja, gente que mientras espera se duerme en los bancos, aunque no sean pobres, y gente que lee o teclea en los teléfonos móviles o en ordenadores portátiles, porque ya nadie lee periódicos en los aeropuertos”.

Con esta presentación, la Biblioteca Nacional reafirma su compromiso con la difusión de la literatura y el pensamiento crítico, ofreciendo espacios para la conversación y el intercambio de ideas a través de la palabra escrita.